Es un pequeño postre de manzana recubierto de mazapán de almendra, el cual crea la combinación de ambos productos un sabor dulce, dejando en el paladar un gusto suave a la vez que agradable a la fruta del pecado “la manzana”, sin llegar a ser empalagoso pero suficiente para quedarse satisfecho.
Ideal para acompañar con café o té, mientras se comparte la sobremesa con amigos o familiares, disfrutando de la esencia gastronómica del Principado.
Además, al comprar este pastel te regalan una pequeña descripción bonita e ingeniosa, escrito en tres idiomas castellano, bable e inglés la cual se redacta a continuación.
Los Pelayos tienen raíces en lo más profundo de la historia de Asturias, en los tiempos de la Reconquista, cuando entraron en contacto las culturas musulmana y cristiana.
Aquel encuentro supuso cruentos enfrentamientos militares, como la famosa batalla de Covadonga, en la que Pelayo rechazó a los invasores, pero los árabes nos legaron también valiosos conocimientos y costumbres. Por ejemplo, su refinado gusto por la repostería.
Estos Pelayos quieren ser símbolo de lo mejor de ambas tradiciones, como la manzana asturiana y la almendra mediterránea. Un exquisito mazapán de almendra relleno con crema de manzana, que es también un bocado escogido de nuestra historia y de nuestra cultura.