La actual situación política necesita soluciones progresistas que dejen al lado los ideales y colores para construir una nueva forma de entender la función del servidor público, capaz de colaborar con otras fuerzas, sin condicionar a la ciudadanía a que elija entre uno y otros en función de sus creencias sino en base a las personas. Individuos que tienen el empuje y la convicción para dar un giro al país, con el objeto de convertirlo en un referente mundial, ejemplo de convivencia y democracia.
Democracia que acoja a los exiliados de conflictos bélicos que huyen de la barbarie y a personas que quieren aportar, cambiar la sociedad de forma pacífica, riqueza cultural que hace posible la diversidad racial.
Las nuevas situaciones mundiales necesitan de personas con nuevas miras, capaces de ver globalmente, abrazar la paz y el progreso para fomentar una globalización más igualitaria donde cada persona aporte. En definitiva tener visión de futuro y ver globalmente, no individualmente.