Cada vez más se adelantan las fiestas navideñas con el fin de incentivar el consumo, en verano se puede comprar lotería de navidad y noviembre se empieza a decorar las ciudades, todo para convertirlas en un gran escaparate.
Escaparate atractivo que incentive a la gente a salir pero además que sea un reclamo turístico, iluminado para encandilar con luces de colores a los transeúntes, convierte los lugares cotidianos en regalos para los sentidos.
La música inunda el aire de alegres canciones, las calles se llenan de deliciosos olores, toda una festividad para los sentidos que anuncia la buena nueva para la sociedad en una época de regocijo que incita a comprar sin pensar en el mañana y ser solidario con los demás.