La sociedad actual despoja de privacidad al ciudadano que facilita sus datos para gestionar cualquier tramité, grabado continuamente por cámaras y controlado por medio de sus movimientos financieros, presos por un control férreo que beneficia al Estado.
Apariencia pública que oculta la verdad a la ingenuidad ciudadana que vive creyendo en lo que se le cuenta, presas de la rutina de sus vidas están atados por las obligaciones creadas por un sistema dependiente elaborado para anular la personalidad individual, sometiéndoles así a la voluntad del grupo que rige el modo de vida que deben llevar para ser aceptados por la sociedad.