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lunes, 5 de marzo de 2012

El derecho a contaminar

José Antonio Fontal Álvarez © Todos los derechos reservados


Con la adquisición de créditos de carbono se adquiere el derecho de contaminar con la compensación de la compra de emisiones de gases de efecto invernadero a países en vías de desarrollo y economías en transición, no reduciendo las emisiones sino canjeando la falta de emisiones de dióxido de carbono por el exceso de contaminación, resarcimiento que permite seguir haciendo su actividad sin reducir emisiones y crear un nuevo elemento de especulación.

Al gastar el dinero en la compra de fondos de carbono no se utilizan los recursos financieros para hacer políticas de reducción de contaminación sino que se adquieren derechos de emisiones, justificación que permite eludir el protocolo de Kyoto y no cumplir las previsiones, medida  especulativa que tiene aspectos positivos aunque son más los prejuicios que los beneficios para la naturaleza.

La comercialización de créditos de carbono es otra fuente especulativa que nada tiene que ver con el capitalismo de conciencia sino con la avaricia del ser humano, fuente de riqueza creada para generar dinero con una actividad inexistente y justificar así la emisión de gases invernadero, eludiendo los controles creados para la reducción de la contaminación en el planeta.