Los nombres propios son una herencia cultural que designan a las personas que junto con los apellidos hacen del individuo una persona única que la distingue del resto, distintivo con significado particular que lleva aparejado un simbolismo tradicional, prestado del significado etimológico.
Bagaje etimológico que acompaña a la persona durante toda la vida al personificar el significado que supedita las particularidades que definen la identidad, adquiridas por la costumbre y tipificado por el uso, convierte los nombres extraños en cotidianos.
La adecuación de significados propios de Internet puede parecer un hecho extravagante que llame la atención al ser un acontecimiento aislado pero será una tendencia generalizada que irá en aumento, cambiando los criterios de la gente para llamar a sus descendientes, impulsados por iniciativas particulares desde la red.
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