El humano en su mundo cotidiano, una instalación que comporta constantes procesos de interpretación de su entorno físico y humano o lo que es lo mismo en continuas contextualizaciones a tenor de los cambios que impone la propia biografía de los seres humanos.
Es importante señalar que la condición adverbial del ser humano pone en manifiesto que la cultura como acción comunicativa, constituye, desde el nacimiento hasta la muerte, no sólo la forma de estar, sino también la forma de ser humano, ya que para él no existe ninguna posibilidad extracultural.
La naturaleza del ser humano es su cultura, la comunicación relacional es el constitutivo esencial de lo humano.
La lengua perfecta es inexistente allí donde hay historia, donde el ser humano habita su espacio y su tiempo a partir de su inevitable condición adverbial.