La escritura se denomina automática porque así es como se percibe. Uno se conecta con la energía de la entidad con que se está comunicando y ellos realizan la escritura, con frecuencia pasando por encima de la propia conciencia de uno, que no se percata de lo que es hasta que termina de escribir.
La escritura automática no llego a ser decididamente popular hasta mediados del siglo XIX cuando comenzó se dio a conocer el movimiento espiritista.
Los psicodramas son fantasías vívidas que les parecen experiencias reales a quienes las tienen. Forma parte de nuestro mundo de sueños, de nuestras proyecciones astrales, de las evocaciones de nuestras vidas pasadas; incluso los recuerdos procedentes de la conciencia diaria pueden afectar la escritura automática.
La escritura automática tiene múltiples aplicaciones. Constituye una herramienta efectiva para la adivinación, la autoexploración, para la guía personal y para el conocimiento espiritual. A medida que crece y madura este oráculo, no hay duda de que encontrará nuevas formas de creatividad que le podrán ayudar.