Es una barbarie que todavía exista gente sin civilizar que agreda de forma gratuita a otras personas en una sociedad civilizada, incapaz de canalizar la agresividad en algo productivo, atentan gratuitamente contra la vida.
Lo último es poner trampas y cables a la altura del cuello para que ciclistas tengan percances o incluso puedan hasta morir, actos vandálicos que son propios de criminales que actúan impunemente, forma incívica de actuar que no tiene justificación alguna.
Ante tal atentado y muestras de violencia la sociedad tiene que actuar, acotar el cerco de los delincuentes, notificar a la justicia para que se pueda erradicar un comportamiento impropio de un ser humano. Solidarizándose con los ciclistas que sufren un ataque indiscriminado por personas sin escrúpulos incapaces de sentir bondad.