No existen ganadores en la lucha ideológica por el control de los territorios en el marco independista, pugna de poder que desfragmenta la hermandad entre los pueblos y aumenta las tensiones ciudadanas, fracturando el concepto de nación entre los usufructuarios.
El espíritu combativo del pueblo hace en ocasiones aflorar las tensiones llevados por el temperamento y olvidar las razones que han hermanado a sus gentes, enfrentamiento de pensamientos llevados por el calor del momento, crean tirantez en una situación delicada que pone a prueba las convicciones democráticas.