Con la fotografía se aprende a mirar desde el alma los detalles que se escapan llevados por la curiosidad en un mundo lleno de infinitos matices que describen la anodina realidad, gracia que toca la sensibilidad del artista guiado por la mirada hacia los motivos que para otros pasan desapercibidos, entusiasmado con la infinidad de posibilidades que le rodean.
Criterio marcado por la personalidad que lejos de ser un obstáculo es el vehículo para desgranar con mimo cada pieza que conforma su obra, puzzle de imágenes que constituye la persona, representada en el fondo de un mundo que le es ajeno pero en el cual se ve envuelto.
Llevado por la luz que guía sus pasos en un mundo lleno de sobrias estructuras que esculpen la vida urbana y rural del hombre, adornadas con colorido y engrandecidas por el arte esculpen la belleza en medio de entornos naturales que engrandecen las construcciones, deterioradas por el transcurrir del tiempo quedan inmortalizadas en un instante concreto ligado a la vida del fotógrafo.