El génesis de una estrella se inicia en el seno de la nebulosa donde el polvo cósmico la forma a medida que se va asociando debido a la atracción gravitatoria, formándose el embrión estelar en dos fases, dando como resultado la emisión de radiación de la protoestrella.
La diversidad de difusas tonalidades luminiscentes suspendidas forman una imagen etérea que tiñe de color la vasta oscuridad del universo refulgente, lleno de actividad muestra los caprichos naturales de la física, pendulado en los confines a temporales del espacio.