Además del razonamiento las personas disponen de la inteligencia emocional, la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos; dando la competencia de gestionar las relaciones. Capacidad que centra la afectividad en el súmmum de las sensaciones, el amor, virtud que tienen aparejadas otras cualidades que dota a la gente de bondad.
El amor es el sentimiento universal que aúna la moralidad de forma equidistante para todos, rigiendo el juicio que determina los actos y nos disocia del resto de los animales, dando la facultad de gestionar la inteligencia.