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viernes, 2 de octubre de 2009

Ética de la sostenibilidad

Aunque nuestra situación financiera nos permita renunciar a un empleo que limite nuestra felicidad y atenta contra nuestro sistema de valores, a menudo no tenemos la capacidad psicológica para liberarnos, porque nos hemos acostumbrado a supeditar nuestra identidad y nuestra valía personal a nuestro empleo.

Lo malo es que pensamos que trabajamos para las facturas, cuando en realidad gastamos más de lo que ganamos para comprar más de lo que precisamos, con lo cual volvemos a la cuestión de tener que trabajar para conseguir dinero para comprar más cosas.

La separación entre ricos y pobres es mayor, tal desigualdad es percusora de cambios importantes, e incluso violentos.

Si su intención en la vida es tenerlo todo, nunca alcanzará con lo que tiene. Uno pierde su capacidad para identificar ese punto de suficiencia donde puede decidir detenerse.

El nivel de vida, un arte y una industria creados para convencer a las personas de que están trabajando para elevar su nivel de vida en lugar de para satisfacer sus necesidades económicas básicas.

Realizar el cambio de una ética del crecimiento a una ética de la sostenibilidad sin duda hará falta que cada uno de nosotros transforme su relación con el dinero y el mundo material.