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jueves, 17 de septiembre de 2009

La fascinación del firmamento

Suele ocurrir de forma muy constante que los cometas, cuando se dejan de ver, van seguidos de desgracias. Algunos piensan que ciertas constelaciones tienen influencias maléficas e ígneas que vierten sobre los cuerpos sublunares, infectándolos y provocando la esterilidad de la tierra y, consecuentemente, el hambre y la muerte.

La preocupación de nuestros antepasados por el tiempo generó una abundancia de dichos y refranes meteorológicos, más o menos acertados que engrosaron una copiosa literatura de almanaques y calendarios. Su estudio abre un amplio campo a la reflexión etnológica y social.

Las profecías de Nostradamus, han sido fuente inagotable de predicciones astrológicas que figuran en cualquier almanaque. Estas profecías, se pueden interpretar, aunque en algunos casos, esta interpretación podría ser múltiple, a tenor de lo escueto y rígido de la construcción de los versos.

El hombre desde la prehistoria a nuestros días, ha fantaseado e imaginado multitud de elucubraciones y teorías, muchas de ellas basadas en el propio hombre. Otras alimentadas por la inmensidad del firmamento, así como, su lejanía y misterio acrecentado por religiones, el arte, la literatura, el cine… mostrando la inquietud que siente el ser humano, ante la inmensidad del universo.