Pop Art no es un término estilístico, sino un término genérico para fenómenos artísticos que tiene que ver de forma muy concreta con el estado de ánimo de una época.
Los temas, las formas y los medios de Pop Art muestran los rasgos esenciales que asociamos con el ambiente cultural de los años sesenta y el estado de ánimo de la gente.
El Pop Art rebatía el desasosiego interior de los expresionistas con la claridad intelectual y el orden en la concepción, los artistas oponían a la firma individual los métodos representativos impersonales, respondían a la representación subjetiva del estado psicosomático interior con reflejos objetivos del mundo exterior, como símbolos externos de lo vivido.
Los mitos de la vida diaria que se manifiestan en la cultura de consumo, los medios de comunicación y la euforia tecnológica, tiene una doble cara posita y negativa del optimismo constructivo y síndrome de decadencia, credibilidad en el progreso y miedo a la catástrofe, sueño y trauma, lujo y miseria.
El Pop Art ha marcado una época y a sus contemporáneos, un antes y un después que todavía perdura en la memoria colectiva y en los trabajos artísticas en las diferentes expresiones artísticas: cine, música, pintura…