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miércoles, 23 de abril de 2014

La belleza de la imperfección


La imperfección es bella cuando es natural y carece de artificialidad porque no busca la perfección de la unidad, sino la armonía del conjunto, sintonía con el entorno que hace de las imperfecciones virtudes que se ven como cualidades.

Un ejemplo es la desigualdad de forma y color de las flores que no desmerecen su belleza a pesar de disgregarlas visualmente del conjunto, mantienen toda su hermosura porque aceptamos como perfectos los defectos, asumiendo su naturaleza.

Este principio aplicado al arte nos da la oportunidad de entender que forzar las cosas para que estén perfectas lo que se consigue es el efecto contrario, negándole la naturaleza intrínseca que la completa, pierde la esencia que la convierte en única.